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Llamamiento de emergencia a las organizaciones obreras de todo el continente

En Bolivia, la revolución obrera y campesina fue expropiada por la “revolución bolivariana”, una caricatura de revolución

¡Hay que conquistar ya en Bolivia un  Congreso continental de todas las organizaciones obreras que rompan con la burguesía!

para que todas las fuerzas del proletariado latinoamericano estén al servicio de aplastar al fascismo y de recuperar la revolución obrera y campesina que fuera expropiada por el gobierno de Morales

Bajo las condiciones de la nueva crisis de la economía mundial capitalista que ha comenzado, y que marcan que sobran potencias imperialistas en el planeta, han recrudecido enormemente las disputas interimperialistas por el control de las fuentes de materias primas y mano de obra barata. Esto es lo que está en el trasfondo de la ruptura burguesa en Bolivia, donde los distintos monopolios imperialistas se disputan a dentelladas el control de los hidrocarburos.  No es una cuestión menor: el que controle el gas boliviano, controla en gran medida la producción de las transnacionales en todo el Cono Sur, producción alimentada por los hidrocarburos bolivianos.
Eso es lo que explica la escalda en la división y ruptura burguesa, con la burguesía de la Media Luna –asociada a la British Petróleum y a la Exxon- que tiene sus bandas fascistas actuando en las calles se prepara para declarar la “autonomía”, proclamando gobernadores a los prefectos, y dotándose cada uno de los departamentos por ella dominados de estatutos y policía propia; mientras el gobierno de Morales asociado a la Totalfina –de la que es representante el vicepresidente Linera-,  aliado a la casta de oficiales del ejército y apoyado por la dirección de la COB y demás direcciones colaboracionistas que someten al proletariado a esta fracción de la burguesía, viene de imponer su Constiuyente burguesa, amenaza de palabra con mandar al ejército a “poner orden” en la Medialuna, al tiempo que busca ávidamente pactar con ella.
La disputa por el gas y el petróleo boliviano ya es abierta. Las pandillas burguesas, las transnacionales y las petroleras compiten ferozmente. Así, mientras Chávez, Morales y la Repsol planifican la construcción del gasoducto del sur; la Petrobras y la Totalfina, con la Bachelet y Lula como Mascarones de Proa, junto con la British, ya han pactado y planificado la construcción del gasoducto interatlántico que garantice la distribución del gas a Brasil y a Chile. Las fracciones burguesas bolivianas esconden sus sociedades con las transnacionales en el saqueo de Bolivia, tras las disputas en la constituyente y en los plebiscitos autonómicos. Una abierta pelea por el botín, luego de que el frente popular expropiara la heroica revolución de obreros y campesinos que empezara en el 2003. La dirección de la COB, aliada a su amigo Morales, puso al proletariado boliviano a los pies de una fracción de la burguesía. Mientras, las distintas COR y COD están cada una de ellas sometidas a las fracciones burguesas, ya sea de la Media Luna o de morales, y han dividido al movimiento obrero boliviano.
Tras Kirchner, Lula, Bachelet, Morales y Chávez, se esconden enormes negociados y sociedades de los explotadores, donde “¡El gas para los bolivianos!” no es más que un recuerdo que intentan borrar de la conciencia de millones de explotados, deseo y anhelo de las masas que sólo se podía conquistar con el triunfo de la dictadura del proletariado y con un gobierno obrero y campesino revolucionario.
La cuestión Boliviana, que implican a todas las burguesías y transnacionales del cono sur, merece toda la preocupación y atención de todos los obreros conscientes del continente. Las fuerzas del proletariado que incendiaba América Latina con sus embates revolucionarios antiimperialistas a principios del siglo XXI han sido puestas a los pies de la burguesía con esa caricatura y engaño de la revolución bolivariana. Del desenlace de la revolución boliviana dependerá no sólo los malos o buenos negocios de la burguesía, sino también y por sobre todo, dependerá el futuro de la clase obrera latinoamericana. Allí han concentrado todas sus fuerzas la reacción del frente popular y esa cueva de bandidos del Foro Social Mundial, y también ha concentrado sus fuerzas todo el plan de la contrarrevolución imperialista mundial. El proletariado boliviano ha sido llevado a una encerrona por su dirección. Todas las fuerzas del proletariado americano y mundial deben estar puestas en romper las cadenas con las que han sometido a la heroica clase obrera boliviana.

En todo el continente americano la pérfida política de colaboración de clases del Foro Social Mundial ha desviado y controlado el ascenso obrero, y ha fortalecido el accionar de la burguesía y la reacción

Es indudable que las transnacionales y las fracciones de la burguesía boliviana tienen a su favor el hecho de que están transitando esta crisis, en momentos en que la clase obrera y los explotados de América Latina y también de Norteamérica, han sido sacados de las calles y de la lucha por el accionar de las direcciones traidoras y reformistas de todo pelaje agrupadas en el Foro Social Mundial –incluidos los renegados del trotskismo- impulsores de esa estafa que es la “revolución bolivariana”, que la han sometido, en todo el continente, a sus respectivas burguesías.
Fueron ellos los que, en Estados Unidos, expropiaron la lucha contra la guerra de la clase obrera norteamericana, poniéndola a los pies de los carniceros imperialistas del Partido Demócrata. En Venezuela, el resultado de la “revolución bolivariana” –es decir, de la expropiación de la lucha antiimperialista de las masas- y de esa estafa del “socialismo del siglo XXI” tan alabadas por los renegados del trotskismo que se hicieron “chavistas de la primera hora”, está a la vista: Chávez no ha tocado ni un solo interés del imperialismo, ni de las 31 familias que junto con las transnacionales, controlan la economía venezolana. Millones de barriles de petróleo siguen alimentando todos los días al imperialismo yanqui que masacra en Irak y Afganistán, y miles de millones de petrodólares venezolanos llegan diariamente a la Bolsa de Wall Sreet. Para la clase obrera y los explotados, lo único que hay son salarios de miseria, escasez de alimentos básicos, una inflación galopante, altísima desocupación, déficit de viviendas… y palos y represión cuando salen a luchar por sus derechos, como sucedió con los obreros petroleros en lucha salarial. Por eso, no sorprende que, como lo mostró el último referéndum con el que Chávez pretendía legitimar una reforma constitucional bonapartista que imponía más mecanismos de control de las masas, más de tres millones de obreros y explotados no hayan ido a votar, marcando que comenzó un proceso de ruptura de franjas de la clase obrera con ese gobierno burgués. Es que si ganaba el Sí, le daba garantías a la propiedad privada, a las leyes de patente de los yanquis y a la estatización profunda de las organizaciones de las masas. Y si triunfaba el No, en esta impostura del plebiscito, se garantizaba lo mismo: que la propiedad de las transnacionales no se tocara, ni que tampoco se toquen los grandes bancos, ni ninguna propiedad imperialista y de todos los explotadores. Es que el proletariado sometido a la burguesía nacional y a sus negocios, sólo permite que se fortalezca el No de la reacción y el imperialismo, mientras que las que siguen igual o peor que antes son las masas, desenmascarando toda la charlatanería de la burguesía nativa.
Fue el accionar del Foro Social Mundial el que ha permitido que hoy el imperialismo y la burguesía estén logrando en Ecuador, de la mano de Correa y su trampa de Asamblea constituyente, comenzar a estabilidad el dominio burgués y el régimen, luego de diez años de lucha revolucionaria de las masas que tiraron abajo a tres presidentes.
Las fuerzas del Foro Social Mundial, incluidos los renegados del trotskismo, son los que estrangularon la revolución argentina del 2001, sosteniendo junto a Chávez y a Fidel Castro, al gobierno antiobrero, cipayo y represor de Kirchner. Son ese rejunte de stalinistas y renegados del trotskismo devenidos en nueva burocracia sindical “de izquierda”, una verdadera cuarta pata que, como agente del ministro de trabajo Tomada e impulsando “frentes democráticos” con patrones supuestamente “buenos”, sostiene al régimen infame del pacto social con los sindicatos estatizados y en los pistoleros de la burocracia sindical de la CGT y la CTA. Son los que, abortando todos los intentos de la clase obrera argentina de derrotar el pacto social, abrieron el camino a la continuidad del kirchnerato en la presidencia de Cristina Fernández que asume –también apoyada por Chávez y la burocracia castrista- en medio de un redoblado ataque patronal que busca profundizar la esclavitud obrera, el robo al bolsillo de los trabajadores ya saqueado por la inflación, y la entrega de la nación.
En Brasil, el PSOL y el PSTU –con un frente electoral, y el segundo, constituyendo CONLUTAS como una nueva central sindical estatizada- fueron los encargados de impedir que millones de obreros que rompían con el gobierno de Lula y el PT, y con la burocracia de la CUT, avanzaran en un camino revolucionario. En Chile, donde la clase obrera y la juventud rebelde se levantaron contra el régimen cívico-militar del TLC, el gobierno de Bachelet y también contra los “pacos rojos” del PC, fueron las corrientes populistas como el FPMR, unidas con los mao-castristas del PC-AP y con los renegados del trotskismo en la “Coordinadora de la protesta popular”, las que cerraron el camino a la huelga general.

En Bolivia se juega hoy el destino del proletariado y los explotados de América Latina

Hoy, del resultado de los cruciales acontecimientos que sacuden a Bolivia en los que se está definiendo el destino histórico de la gran revolución que comenzaran la clase obrera y los campesinos pobres, depende en gran medida el futuro del proletariado y los explotados de América Latina.
Si una vez más, el imperialismo y las disitntas fracciones de la burguesía, logran imponer su salida a la situación actual –ya sea con un nuevo pacto MAS-PODEMOS nacido del referéndum revocatorio; ya sea con un blindaje del gobierno de Morales que, apoyado en la casta de oficiales, se erija como árbitro entre las fracciones burguesas para impedir un nuevo embate revolucionario de las masas; o bien, directamente con el fascismo aplastando a las masas-, el resultado será una nueva tragedia para el proletariado boliviano, el fortalecimiento del imperialismo en América Latina y la estabilización de todos los regímenes y gobiernos cipayos de la región.
¡Esta es la amenaza que pende sobre los trabajadores de Bolivia y de América Latina! Y a no dudarlo que, si los obreros y campesinos bolivianos son aplastados por el fascismo, se habrá logrado apagar el último rescoldo de la revolución en el continente, y el imperialismo yanqui podrá pasar a la ofensiva para redoblar la sujeción de su patio trasero. Y a no dudarlo, que su primer objetivo será propinarle una derrota histórica al proletariado de todo el continente, consumando la restauración capitalista en Cuba, de la mano de la burocracia castrista -que ya ha preparado su reciclaje en burguesía enriqueciéndose a ojos vista mediante su asociación en “joint ventures” con los monopolios imperialistas- e inclusive, con la propia burguesía gusana de Miami entrando a la carrera por recuperar lo que la revolución le expropiara.
Por eso, el combate por romper toda subordinación a la burguesía, por aplastar al fascismo y para que la revolución obrera y campesina en Bolivia vuelva a ponerse de pie, no es una tarea únicamente de nuestros hermanos de clase de Bolivia, sino de todo el proletariado del continente y de sus organizaciones obreras. Porque las fuerzas de la clase obrera boliviana para aplastar al fascismo no están en la unidad con el gobierno de Morales, la burguesía nativa y la casta de oficiales asesina del ejército. Por el contrario, esa unidad reduce sus fuerzas a cero. Las fuerzas del proletariado boliviano están en la unidad con sus verdaderos aliados, la clase obrera de Chile, Brasil, Argentina, Venezuela, México y sobre todo, en ese poderoso batallón que es el proletariado norteamericano, a condición de romper toda subordinación a la burguesía.
Pero, igual que en Bolivia, el primer requisito para poder poner todas las fuerzas proletarias de América Latina al servicio de la lucha de nuestros hermanos bolivianos, es romper la subordinación a las respectivas burguesías que las direcciones traidoras y reformistas del Foro Social Mundial le han impuesto a nuestras organizaciones obreras.

El Congreso de la COB y CONLUTAS para Agosto: una nueva y enorme impostura en contra de la unidad del proletariado latinoamericano para recuperar la revolución boliviana.

Lejos de ello, las fuerzas de los renegados del trotskismo en el continente se han puesto de pie para sostener a la burocracia colaboracionista de la COB que ata a la clase obrera boliviana al gobierno de Morales. Así, la corriente lambertista, agrupada en la llamada “Asociación Internacional de los Trabajadores” y que, con burócratas sindicales como Julio Turra de Brasil que forma parte de la ejecutiva de la CUT en ese país y es claramente un agente y representante de los intereses del imperialismo francés y de la Totalfina –a la que se ha asociado la Petrobras- están convocando para marzo de 2008, y junto con dirigentes de la FSTMB, al II Encuentro Continental que se hará esta vez en México. El I Encuentro que se realizara a principios de agosto de 2005 en La Paz, cumplió su objetivo: sostener a la burocracia de la COB para que ésta, a su vez, sacara de las calles al proletariado que venía de derrocar a Mesa y lo pusiera a los pies de Evo Morales que se aprestaba a ganar las elecciones.
A su vez, los renegados del trotskismo de la LIT y el PSTU –después de haberles dicho a los trabajadores que votando en esa estafa que fue el “plebiscito popular” convocado por la CUT y apoyado por CONLUTAS, se podían parar la privatizaciones y el ataque del gobierno de Lula contra los trabajadores- llaman también para julio de 2008 en Brasil, a un “Encuentro latinoamericano y caribeño de trabajadores” impulsado por CONLUTAS junto a la burocracia de la COB boliviana que está sometiendo a la clase obrera al gobierno de colaboración de clases de Morales y traicionando así la revolución iniciada en 2003 y 2005. Por eso, ese “Encuentro” será una nueva estafa contra la aguerrida y combativa clase obrera latinoamericana que sembró de combates y revoluciones el continente a principios del siglo XXI.
Pero, además, cuando en Bolivia el fascismo levanta cabeza y amenaza con ahogar en un baño de sangre, hoy, ya mismo, a los obreros y campesinos, estos renegados del trotskismo llaman a realizar sus Encuentros respectivos… ¡en marzo y en julio de 2008, en México y en Brasil respectivamente, es decir, todos lo más lejos posible de Bolivia y lo más lejos posible en el tiempo de los actuales y definitorios acontecimientos que vive ese país!
Tanto los lambertistas como los renegados del trotskismo de la LIT y el PSTU, preparan sendos “Encuentros…” en los que, como ya es una costumbre de los reformistas, no habrá ni un ápice de democracia obrera, sino que en ellos se agruparán y resolverán los dirigentes, de espaldas a las masas y contra ellas. Los dos “Encuentros…” no son más que la expresión de que, cuando los ex fundadores y personeros del Foro Social Mundial como Lula,Tabaré Vázquez, Correa y Evo Morales están encabezando los regímenes y gobiernos burgueses de América Latina y comandando los ataques contra las masas, el “ala izquierda” de dicho Foro, conformada por un rejunte de desechos del stalinismo, populistas y renegados del trotskismo bajo el comando de Chávez, Fidel Castro y Celia Hart, es la encargada de poner en pie nuevos diques de contención para evitar toda rebelión de los explotados contra dichos gobiernos e impedir que vuelvan a tronar los gritos de guerra de la revolución latinoamericana y sobre todo, de la clase obrera revolucionaria del Cono Sur. Estamos frente a un verdadero pacto entre el PSTU y la burocracia lechinista de la COB, amiga de Morales.¿A esto lo llaman congreso antiimperialista y unidad de los trabajadores latinoamericanos? Para los trotskistas esto es un “comité anglorruso” –como el que hiciera Stalin en 1927 para derrotar la huelga de los trabajadores ingleses-, un verdadero frente único por arriba para sostener y legitimar a la dirección de la COB de acá hasta agosto, ensuciando las limpias banderas del trotskismo, para que termine de expropiar la revolución boliviana sometiéndola a la burguesía.
¿Por qué no realizan ya esos Encuentros en Bolivia, llamando a las organizaciones obreras de todo el continente a mandar sus delegados a ese país para, junto con los obreros y campesinos pobres, poner en pie la milicia obrera para aplastar al fascismo? ¿Por qué CONLUTAS no llama a todas las organizaciones obreras de América Latina a reunirse inmediatamente en La Paz en ese Congreso, para imponer la ruptura de la COB con la burguesía y con el gobierno de frente popular de Morales, y para garantizar que todas las fuerzas de las organizaciones obreras del continente estén al servicio de combatir en Bolivia al fascismo que, si no es aplastado hoy allí, mañana se extenderá por el resto del Cono Sur?
Es claro: porque los renegados del trotskismo se han pasado al campo de la reforma y son hoy los encargados de aplicar la vieja política de colaboración de clases del stalinsimo, de subordinar a la clase obrera a la burguesía. Por eso son enemigos de convocar un verdadero Congreso continental de organizaciones obreras, de delegados de base con mandato, en el que reine la más amplia democracia obrera, para romper con la burguesía y poner todas las fuerzas proletarias del continente al servicio de la lucha de nuestros hermanos de clase bolivianos que pugnan por recuperar la revolución que les fue expropiada.

¡Hay que poner en pie ya en Bolivia un Congreso continental de todas las organizaciones obreras que rompan con la burguesía, para que todas las fuerzas del proletariado latinoamericano estén al servicio de aplastar al fascismo y de recuperar la revolución obrera y campesina que fuera expropiada por el gobierno de Morales!

¡No hay tiempo que perder! Si la clase obrera boliviana no logra romper la subordinación a la burguesía que sus direcciones colaboracionistas le han impuesto, terminará, o bien soguzgada bajo un nuevo pacto de Morales y el MAS con la Rosca, o bien, directamente aplastada por el fascismo que ya se ha puesto de pie.
Hacemos entonces un llamamiento de emergencia a todas las organizaciones obreras del continente: ¡hay que romper toda subordinación de la clase obrera norteamericana al Partido Demócrata; de la clase obrera venezolana al gobierno burgués de Chávez; de la clase obrera argentina al kirchnerato y al Frente para la Victoria; de la clase obrera brasileña al gobierno cipayo y proimperialista de Lula!
¡Hay que poner en pie ya, en Bolivia, un Congreso latinoamericano de todas las organizaciones obreras que rompan con la burguesía, para que todas las fuerzas del continente estén al servicio de aplastar al fascismo y de recuperar la revolución obrera y campesina que fuera expropiada por el gobierno de Morales!
Un congreso obrero latinoamericano que sea un ariete y un baluarte de la lucha por conquistar la milicia obrera de la COB y las centrales campesinas para aplastar al fascismo, por comités de soldados que desobedezcan a sus oficiales y se organicen junto a los explotados, y por que se ponga en pie uan Asamblea Nacional popular originaria para recuperar la revolución expropiada y volver a poner en pie el poder armado de los obreros y los campesinos pobres. Un Congreso obrero continental que le declare la guerra a la farsa de la “revolución bolivariana”, y ponga todas sus fuerzas al servicio del triunfo de la revolución obrera y socialista en Bolivia y la imposición de un gobierno provisional revolucionario obrero y del campesinado pobre, apoyado en la autoorganización y el armamento de las masas, único capaz de romper con el imperialismo, darle la tierra a los campesinos, el pan al obrero y el gas a los bolivianos, y de liquidar definitivamente a la rosca, a los fascistas y a los saqueadores de la nación boliviana. Unicamente así, luchando por el triunfo de la revolución obrera y socialista en Bolivia, como un eslabón de la revolución latinoamericana, norteamericana y mundial, podrá este Congreso obrero ser efectivamente una herramienta de combate por la unidad del proletariado de América Latina.
Llamamos entonces, en primer lugar, a la vanguardia del proletariado boliviano, a los mineros de Huanuni –que hoy mastican su justa bronca por ser llevados por sus direcciones a movilizaciones en apoyo a Morales y a su constituyente amañada- , a los obreros revolucionarios de El Alto, a los trabajadores fabriles de La Paz, a la vanguardia proletaria y los campesinos pobres que se sublevaron en Cochabamba, a los estudiantes combativos que luchan por derrotar a la rosca profesoral y por una Universidad al servicio de la lucha por la revolución proletaria, a coordinar ya sus fuerzas en Bolivia y a lanzar inmediatamente un llamado a todas las organizaciones obreras del continente a poner en pie ya en Bolivia este congreso obrero continental.
Llamamos a la clase obrera brasileña y a su vanguardia combativa, que buscando un camino revolucionario, rompió con la burocracia de la CUT y se agrupó en CONLUTAS; a los millones de obreros y explotados venezolanos que, con certero instinto de clase y con gran perspicacia, se negaron a entrar en la trampa del referéndum de Chávez; a los obreros del pescado de Mar del Plata y de Comodoro Rivadavia, a los marineros de Puerto Deseado y a todos los obreros de Argentina que resisten el ataque del kirchnerato y enfrentan a la traidora burocracia sindical de la CGT y la CTA, y también a los agentes “de izquierda” de Tomada en que han devenido los renegados del trotskismo; llamamos a los mineros de El Teniente, a los obreros forestales, a la juventud sublevada de Chile; a que tomen en sus manos este llamamiento y este combate por conquistar este Congreso obrero latinoamericano en Bolivia.
Llamamos, en especial, a tomar en sus manos este llamado y este combate, a la vanguardia del proletariado norteamericano que pugna por volver a ganar las calles en lucha contra la guerra de Irak, en defensa de sus conquistas y sus salarios brutalmente atacados y por los derechos de los obreros inmigrantes. Si el fascismo aplasta a los heroicos obreros y campesinos bolivianos, la burguesía imperialista yanqui se fortalecerá para redoblar su ofensiva no sólo contra las naciones de América Latina, no sólo consumando la restauración capitalista en Cuba, sino contra el propio proletariado norteamericano.

Lo que necesitan la clase obrera boliviana y latinoamericana, es un Partido revolucionario internacionalista que unifique el combate del proletariado de todo el continente.
¡Hay que ponerlo en pie, como parte de la lucha por refundar el partido mundial de la revolución socialista bajo el programa y el legado del congreso de fundación de la IV Internacional en 1938!

La Fracción Leninista Trotskista se juramentó, desde su fundación, a poner el 100% de sus fuerzas al servicio del triunfo de la heroica revolución que los obreros y campesinos bolivianos habían iniciado en 2003. Así, impulsamos en Brasil un polo con un programa de las tareas internacionalistas de la clase obrera brasileña para romper el cerco económico, político y militar que los gobiernos burgueses de la región, socios menores de las trasnancionales, le habían impuesto a la revolución boliviana. Este polo intervino audazmente entre la vanguardia obrera combativa que, rompiendo con la burocracia de la CUT y buscando un camino revolucionario, se reagrupara en CONLUTAS. Allí, este polo enfrentó la política del PSTU -que, de la mano de Petras y Celia Hart y centralizado por la burocracia castrista restauracionista, controló CONLUTAS-, de apoyar la “nacionalización de los hidrocarburos” fantoche impulsada por Evo Morales, y de limitarse a ejercer una presión “por izquierda” sobre el gobierno proimperialista y antiobrero de Lula que, con Petrobras como testaferro y socia de Totalfina, participa del saqueo del gas boliviano.
Impulsamos también el combate por romper el cerco a la revolución boliviana en Chile, cuya burguesía es socia menor de la British Petróleum, y había acordado con Goni y la Rosca robarse el gas boliviano por la vía del Pacífico, a través de Chile. La revolución obrera y campesina que derrocó a Goni, frustró sus planes. Hoy, la British Petroleum, la burguesía chilena y su sanguinario ejército pinochetista armado hasta los dientes por el imperialismo angloyanqui, se han alineado con la burguesía fascista de la Media Luna, y no les temblará el pulso, de ser necesario para garantizarse el negocio de los hidrocarburos, en impulsar la partición de Bolivia y ahogar en un baño de sangre a los explotados.
En Argentina, la vanguardia obrera había conquistado un reagrupamiento que se ubicó en la barricada del combate por la revolución boliviana y contra el gobierno de Morales. Este reagrupamiento marchó enfrentando, en noviembre de 2005, la “Cumbre de las Américas” y la estafa de la “Cumbre de los Pueblos” que se realizaban en Mar del Plata, y donde Evo Morales era entronado por el Foro Social Mundial para que expropiara la revolución obrera y campesina. En Octubre de 2006, ganamos las calles marchando a la embajada boliviana en apoyo a los heroicos mineros de Huanuni que eran atacados por las hordas de los patrones cooperativistas mandados por Morales.
Hoy, es responsabilidad del FUBADEyO que integraba ese polo, explicar por qué renegó de este combate y este programa, y desertó de la trinchera de la revolución obrera y campesina en Bolivia. Deben explicar por qué, apenas recibieron algunas amenazas del estado burgués de encarcelar a sus dirigentes, corrieron a aliarse con los maoístas-castristas del PCR y su burocracia piquetera impulsora del “socialismo de mercado” y administradora de la miseria. Deben rendir cuentas ante la vanguardia proletaria, porque se han ubicado hoy en la trinchera del gobierno burgués de Morales, el MAS, la casta de oficiales y la dirección colaboracionista de la COB que subordina a los obreros a este sector de la burguesía, y en la trinchera de la “revolución bolivariana” y de Chávez, justo en el momento en que tres millones de obreros y explotados comienzan un proceso de ruptura con ese gobierno burgués.
Tal como dijera Trotsky hace ya más de 60 años, “Hay muchos más reformistas que revolucionarios en el planeta. Mucho más adaptados que irreductibles. Se necesitan épocas excepcionales en la historia para que los revolucionarios salgan de su aislamiento y para que los reformistas hagan el papel de peces fuera del agua” (La revolución traicionada, 1936). Hoy, las contradicciones explosivas que se incuban en la situación mundial al calor de la nueva crisis de la economía mundial que ha comenzado, y los agudísimos y convulsivos acontecimientos de Bolivia, no dejan ni dejarán vivir en paz a los que, hablando en nombre del proletariado, desertan de su combate.
Por el contrario, desde la FLT, no cambiamos el rumbo, no cambiamos nuestra trinchera, no cedemos a los cantos de sirena del frente popular ni al terror del fascismo, y mantenemos vivo este combate, que hoy se continúa en el llamamiento a poner en pie ya un Congreso obrero latinoamericano para romper con la burguesía, para romper con la fantochada de la “revolución bolivariana”, para poner todas las fuerzas al servicio de nuestros hermanos de clase bolivianos, y para dar un paso decisivo en conquistar lo que verdaderamente necesitan la clase obrera boliviana para poder recuperar su revolución y el proletariado de toda América, para triunfar: un Partido revolucionario internacionalista que unifique el combate del proletariado de todo el continente.
Nada tendrá que ver este partido revolucionario latinoamericano con los nuevos engendros y rejuntes que los reformistas están poniendo en pie en el continente como nuevos diques para contener todo atisbo de radicalización y lucha revolucionaria de las masas. Nada tendrá que ver con los reagrupamientos de aquellos que durante el último lustro se postraron ante Chávez y su “revolución bolivariana”, y que hoy se preparan, con movimientos “por un partido de trabajores”, o con propuestas de “frente de izquierda” para contener a los millones de obreros que comenzaron un proceso de ruptura con ese gobierno nacionalista burgués. Nada tendrá que ver con los reagrupamientos de la “nueva izquierda” reunida bajo la batuta de Celia Hart y el mandelismo, que continúa apoyando a Chávez, que en Brasil con el PSOL y heloisa Helena levanta programas desarrollistas burgueses, que en Argentina, por la boca de Vilma Ripoll, felicita a Cristina Kirchner como “mujer” por llegar a la presidencia, manifiesta su admiración a esta presidente burguesa por ser “militante” y le desea “éxitos en su gestión”. Nada tiene ni tendrá que ver con aquellos que llaman al POR de Lora, sirviente de la burocracia de la COB y de la casta de oficiales, y a la LIT –que llamó a votar por un gobierno burgués como el de Lula- a constituir un partido común en Venezuela… ¡en nombre de la “independencia de clase”!
Desde la FLT, luchamos por poner en pie un partido revolucionario latinoamericano que sea capaz de unificar y extender la lucha de la clase obrera y la juventud chilenas contra los “pacos rojos” del PC, enfrentando al populismo que viene de salvar al régimen y a Bachelet de la huelga general. Un partido que coordine la lucha contra las direcciones colaboracionistas de la COB y contra el POR de Lora en Bolivia, para que la clase obrera, acaudillando a los campesinos pobres, pueda recuperar su revolución y llevarla al triunfo, con el combate para impedir que la vanguardia obrera combativa de Brasil sea llevada por el PSTU a la trampa de nuevos “encuentros continentales” con una política de colaboración de clases. Un partido que centralice la lucha de los obreros conscientes en Argentina contra la izquierda reformista sirviente de Tomada, y que se ponga a la cabeza de la lucha por un reagrupamiento revolucionario de la vanguardia proletaria que rompa con Chávez en Venezuela. Un partido latinoamericano capaz de unificar la lucha de la clase obrera de la América Latina sometida por el yugo imperialista, con la de sus hermanos de clase de Estados Unidos y de la juventud obrera francesa que vuelve a levantarse al grito de “Todas las noches haremos de París una Bagdad”. Un partido que, sobre todo, sea capaz de unir todas las fuerzas proletarias del continente en defensa de las conquistas de la revolución cubana, luchando por la revolución política contra la burocracia castrista restauracionista.
Este es el combate que hemos tomado en nuestras manos quienes integramos la FLT. Por eso, luchamos por un nuevo Zimmerwald y Kienthal del siglo XXI, una Conferencia Internacional que, sobre la base de las lecciones y el programa revolucionario frente a la revolución boliviana y a los acontecimientos más agudos de la lucha de clases mundial, sobre la base de un combate implacable contra toda política de colaboración de clases y contra todas las direcciones traidoras y reformistas, reagrupe a las fuerzas sanas del trotksismo y a las organizaciones obreras revolucionarias. Un reagrupamiento así podrá avanzar en completar la tarea de unificar al proletariado de América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, mediante este partido revolucionario latinoamericano, como parte de la lucha por volver a poner en pie el partido mundial de la revolución socialista sobre la base del programa y el legado de la IV Internacional de su congreso de fundación en 1938.